sábado, 13 de marzo de 2010

Lucus Augusti: 2010.

Aquí estamos, con rigurosa impuntualidad, para dejar constancia de que los de Burela también tuvimos el gusto de participar en una nueva edición del "Festival de teatro grecolatino". Sirva de excusa del retraso que mi vocación clásica me tiene últimamente adelantando en kilómetros recorridos a Fernando Alonso y a Lewis Hamilton juntos (je,je,je). Naturalmente, es una hipérbole y, por otra parte, bien contento que estoy con mi feliz exilio mariñano: ganar en dignidad laboral, aunque sea a costa de perder en comodidad, me sigue pareciendo un excelente trueque.

Leo con cierta envidia que muchos compañeros tuvisteis la valentía de completar la jornada con alguna visita a museos y exposiciones: yo no me atreví o más bien no me dejaron atreverme puesto que con lo alumnos de bachillerato acribillados a exámenes (alguno incluso el día después, tal vez por aquello de premiar la iniciativa de participar en una actividad cultural -?-...), al final, se impuso democráticamente la opción de una jornada más ligera. Eso sí, del paseo y las fotos por la muralla no nos privamos.


Sobre las obras poco puedo decir que no se haya dicho ya. Las Troyanas nos impactaron y con Gemelos nos reímos a carcajadas. Ricardo tuvo el acierto de recordarnos en una pequeña introducción la actualidad de la tragedia de Eurípides: los planes de destrucción de Posidón y Atenea al principio de la obra nos recuerdan a a un par de jefes de estado planeando la invasión de un país sin escrúpulos y sin reparar en el baño de sangre que su decisión va a llevar aparejado...¿Damos nombres? No creo que haga falta: seguro que, desgraciadamente, a todos nos viene a la cabeza un buen puñado. Y en la guerra de Troya, como en todas las guerras, la peor parte se la llevan los más inocentes: las mujeres y los niños... ¡Qué destino más paradójico, más cruel y más trágico el de Andrómaca: compartir la vida, el hogar y la cama del asesino de su marido! ¡Y qué momento más impactante la entrada del pequeño cadáver de Astianacte! ¡Qué vileza, qué ruindad,...! ¡Qué impotencia y qué desazón al pensar que dos mil quinientos años más tarde ha mejorado tan poco el género (in)humano! No a la guerra. Mil veces no a la guerra.

La comedia es para pasar un buen rato y para ser felices, que es una materia muy importante que no se enseña en institutos ni facultades. Constantes los guiños al público, el gemelo y Mesenión en su búsqueda del otro hermano amplían la geografía antigua a Coruña y Lugo y al final dos gemini se encuentran y se prometen mantenerse en contacto con facebook... En el debate sobre la "actualización de los clásicos" mi postura es clara y firme: una persona que empieza disfrutando de "Plauto adaptado", es posible que algún tiempo más tarde se atreva a probar con un "Plauto sin adaptar" e, incluso, a lo mejor, con un "Plauto en latín"...

Sorprende la madurez de los jóvenes actores, su profesionalidad, su perfección... Magnífica Hécuba, magnífica Andrómaca, impresionante el pequeño Mesenión...No me cuesta imaginar el duro trabajo y las horas de dedicación que hay detrás por parte de los profesores responsables. Y, sobre todo, y lo que es más importante, el profundo amor hacia los clásicos, sin el cual sería imposible sacar adelante proyectos tan laboriosos (en una época en la que lo laborioso no es que esté precisamente de moda).

Pero el "día del teatro" es también una jornada festiva, para reencontrarse con compañeros y antiguos alumnos. Un placer volver a verte, Hortensia. Un placer conocerte, Margarita. Para l@s chic@s de Curtis, como siempre, un abrazo superlativo. Y la guinda, volver a ver a mi profesor de latín después de tantos años: un placer recordar algunas anécdotas, comprobar que las ganas de hacer cosas pueden ser duraderas y felicitarnos porque, de momento, el paso de los años no nos ha maltratado tanto, aunque desde el punto de vista capilar está claro que pierdo por goleada (ja,ja,ja). Y también una buena ocasión para echar la vista atrás, para repasarme la lección y para recordarme a mí mismo que el (buen) trabajo de un (buen) profesor puede ser algo realmente importante. Ojalá no lo olvide nunca.

No se me pase decir de mis alumnos que tuve el orgullo de poder estar muy orgulloso de todos ellos, de su comportamiento (su saber estar, su rigurosa puntualidad), de su actitud (positiva en todo momento -"Nos han encantado las obras"...."Daniel, la próxima, a Grecia"...-)...Muchísimas gracias.