Que las humanidades no viven precisamente sus años dorados es cosa sabida, comprobada y sufrida, por algunos más que por otros. Y desde luego no contribuyen a mejorar la situación publicidades a la postre (in)ofensivas que, para colmo, vienen a convertirnos en protagonistas precisamente por lo que no somos. Pienso, por ejemplo, en un artículo de cierta revista de cierto instituto que con más ambigüedad de la necesaria y menos mesura de la esperable no duda en situar la materia de latín I como la más "suspendida" del bachillerato humanístico con un 50% de alumnos suspensos: obviamente, se echa en falta cierto rigor al no mencionar la citada publicación que el número de alumnos de la materia en cuestión asciende a la cuantía de dos, de donde, incluso los de letras, somos capaces de inferir que el número de alumnos suspensos equivale a 1. En otra entrada me referiré a la conveniencia de manejar con mucho tiento en el área de humanidades estadísticas, gráficos, tantos por ciento... A lo que ando ahora dándole vueltas es a la posiblidad de hacer público en los tablones del centro en el que trabajo (poco) un tríptico informativo que desambigüe ambigüedades (valga la redundancia) y aclare oscuridades (valga el "oxímoron"). Podría ser algo así.
1- Bachillerato humanístico.
No se exigen conocimientos previos más allá de los requeridos por el impreso de matrícula: nombre, apellidos, D.N.I, domicilio... (Es imprescindible tener correo electrónico). Ni siquiera es necesario que los alumnos hayan tenido la previsión de cursar el latín de 4º: a aquellos alumnos que sí la hayan tenido se les beneficiará con una primera evaluación relajadita en la que podrán aprovechar el tiempo sobrante para escribir al primo de Suiza, a la novia de Cambados... A pesar de las expectativas que pueda despertar el término "humanístico", no se garantiza a los alumnos que se decanten por esta opción que al terminar su etapa de formación vayan a verse convertidos en "buenos seres humanos": casos se han dado en sentido contrario.
2.- Griego 1 (propia de modalidad).
-Objetivos: aprender griego. Se recuerda a los alumnos que para aprender "inglés" existe una asignatura llamada "inglés", para aprender "gallego" existe una asignatura llamada "gallego" y para aprender "lengua española" existe una asignatura llamada "lengua española". No se garantiza al alumnado que el griego que aprenda en el curso le vaya a ser de gran utilidad para sus vacaciones en Atenas pero es seguro que la asignatura beneficiará su cultura general, como mínimo, tanto como cualquier otra asignatura del "curriculum".
-Contenidos: los que contiene el programa de la asignatura, incluyendo aquí los que se dan y los que no se dan pero se debería.
-Actitudes: se valorarán negativamente las actitudes somnolientas (a excepción de las mañanas del lunes, en las que se consentirán). En cuanto a las aptitudes, el alumno obtendrá mejor nota cuanto mejor sea su aptitud: aprobado si su aptitud es pequeña, notable si su aptitud es mayor y sobresaliente si alcanza una aptitud mayúscula. Puestos en parónimos (tan caros al lenguaje administrativo), se precisa que no se tolerarán actitudes extáticas producidas por ningún elemento de sugestión que no sea el griego antiguo y se exigirá el estatismo en clase (a excepción del dinamismo manual preciso para consultar el diccionario).
3.- Griego 2 (materia optativa).
-Nota bene: en segundo de bachillerato el griego es una materia optativa. Como tal, el alumno tiene la libertad de optar por matricularse en ella u optar por no hacerlo. Eso sí, se insiste en que los alumnos que decidan finalmente matricularse en ella tendrán la obligación de cursarla, lo cual implicará su presencia física en el aula e incluso, llegado el caso, la realización de algún examen.
-Objetivos: mejorar el (des)conocimiento del griego antiguo.
-Contenidos: pocos, porque la selectividad agobia mucho.
-Actitudes: se recomienda a los alumnos de griego 2, que posiblemente ya habrán cursado cultura clásica y/o latín de 4º de la ESO y con seguridad habrán cursado la materia de griego 1, se abstengan de formular al profesor la pregunta de "para qué sirve el griego si yo quiero estudiar periodismo/derecho/interiorismo..." En caso contrario, el profesor se reserva el derecho de inhibirse.
Un saludo
2 comentarios:
Enhorabuena por el tono de tu artículo, será cuestión de pensar en plasmarlo en papel y meterlo en los sobre de matrícula :-D
Está mal la cosa, pero con tu sentido del humor e ironía seguro consigues alumnos inteligentes.
Suerte.
Ah, lo de la práctica en Atenas tiene algo de arreglo!
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